C 9629 JOSEPH HAYDN: LAS SIETE ÚLTIMAS PALABRAS DE CRISTO (Ms de Salamanca, ca. 1800) [11,99 Euros]

Qobuz - C 9629 J. Haydn: The Seven Last Words

De toda la producción de Haydn, Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz es una de las obras más bellas y enigmáticas. Su origen se remonta a 1785, cuando el sacerdote José Sáenz de Santamaría, director espiritual de un pequeño oratorio situado en pleno centro de Cádiz llamado la Santa Cueva, encargó a Haydn una música instrumental que acompañara a la meditación sobre las Últimas Palabras de Cristo, dentro del oficio de las Tres Horas. Para Haydn fue todo un reto, pues tenía que componer siete adagios de una duración máxima de unos diez minutos cada uno, y todo ello sin que resultara monótono. Pero un genio como Haydn sólo podía responder ante esta empresa con una obra excelsa: no siete, sino ocho (contando con la Intrada, una obertura inicial) fueron los adagios que iban poniendo en contexto cada una de las Últimas Palabras de Cristo, y para coronar todo ello, un Terremoto final que liberaba toda la tensión acumulada.

No estamos ante una obra descriptiva al estilo de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, sino ante un empeño más sutil: Haydn establece una atmósfera especial para cada uno de los movimientos de la obra, de manera que sintamos la angustia, el dolor y la agonía de Cristo, y que la música nos ayude a meditar sobre su sufrimiento. Y Haydn lo consigue utilizando una enorme variedad de recursos técnicos y expresivos, propios de un consumado maestro del teclado (para la época del encargo ya había escrito más de la mitad de su producción para teclado).

La versión original de Las Siete Palabras era para orquesta, y según las más recientes estimaciones se estrenó en la Santa Cueva de Cádiz no en 1787, como se creía hasta ahora, sino en 1786. Hacia febrero de 1787 Haydn ya tenía listo su propio arreglo para cuarteto de cuerda, y un músico desconocido realizó el arreglo para fortepiano, que Haydn consideró "muy bueno, y preparado con el máximo esmero". La versión aquí presentada es la primera grabación mundial de una copia conservada en la catedral de Salamanca (España), de hacia finales el siglo XVIII, editada y supervisada por Bernardo García-Bernalt. Es muy probable que se trate de una versión preparada a partir de una segunda o tercera copia, puesto que presenta diferencias textuales (por ejemplo alteración de algunos pasajes, ausencia de marcas dinámicas, cambios en algunos acordes y en algunos ornamentos) con respecto al original publicado por Artaria en verano de 1787, aunque también es cierto que conserva absolutamente su esencia y además incorpora sutilmente algunos rasgos estilísticos propios del tiempo transcurrido entre la fecha del encargo, 1785, hasta 1800, probable fecha de la versión de Salamanca.

En su interpretación, adhiriéndose fielmente al texto salmantino, el clavecinista y fortepianista madrileño Yago Mahúgo pretende ponerse en la situación de un intérprete de la época (recordemos, hemos de situarnos en 1800) que, desconociendo absolutamente la obra y por supuesto ninguno de los demás arreglos existentes, la toca desde el punto de vista estético de ese momento: han pasado 15 años desde su composición, y pone en práctica algunos recursos expresivos novedosos, con un más evidente uso del rubato. Desde este punto de vista, la lectura de Yago Mahúgo es una revelación: desde los primeros compases de la Intrada consigue crear un clima expresivo intenso y sobrecogedor y se recrea en una lectura sutil, detallada, llena de sentimiento, con un conocimiento estilístico absoluto y una capacidad de comunicación del sentido de cada uno de los movimientos de la obra hasta ahora nunca encontrada en otras interpretaciones previas. Para ello utiliza un soberbio fortepiano construido por Keith Hill, copia de un instrumento de Anton Walter fechado en 1796, muy cercano a la fecha del arreglo conservado en Salamanca.

La grabación se realizó a finales de septiembre de 2018 en la maravillosa Iglesia Parroquial de Soto del Real, una localidad de la sierra madrileña. Este templo, de una acústica clara, transparente y con la reverberación justa, es sede del Festival Internacional de Música Antigua de Soto del Real, cuya coordinación artística está a cargo del director de Cantus, el periodista y divulgador musical José Carlos Cabello, autor de las extensas y completísimas notas del libreto, profusamente ilustrado con fotografías a todo color realizadas durante la grabación. En suma, un disco inusual, de una altura técnica extraordinaria, que hará que muchos amantes de la música descubran una obra absolutamente memorable en una interpretación majestuosa.

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