C 9615 À MODO ITALIANO: MÚSICA ITALIANA PARA CLAVE, ss. XVI-XVII [11,99 Euros]

El repertorio de este disco es absolutamente fascinante: el enorme ímpetu que vivió la música instrumental a finales del siglo XVI tuvo su continuación en el siglo XVII, fue la época en que vivió su emancipación de la música vocal, y en ese momento el repertorio de los instrumentos de tecla se desarrolló a partir de sus modelos renacentistas: danzas con sus variaciones, variaciones sobre melodías vocales, sobre bassi ostinati y tenores, formas improvisatorias como las toccate, y formas más estrictas, basadas en el contrapunto imitativo, como el ricercare, la fantasia, la canzona y el capriccio.

Aunque Girolamo Frescobaldi es sin duda la figura más conocida de la época que cubre este disco, la mayor parte de las piezas escogidas se deben, sin embargo, a compositores mucho menos populares, pero de un indudable valor artístico, lo que seguramente será un descubrimiento para muchos aficionados: desde Antonio Valente, Giovanni de Macque, Ascanio Mayone o Giovanni Maria Trabaci, los creadores de la escuela napolitana (que impregnaron de cromatismos y disonancias sus obras y las de posteriores compositores también representados aquí, como Giovanni Salvatore, Gregorio Strozzi o Bernardo Storace), a Luzzasco Luzzaschi, Ercole Pasquini, o el propio Fescobaldi, representantes de las escuelas de Ferrara y Roma, esta grabación es un maravilloso y sorprendente viaje por la esencia del teclado italiano de este periodo determinante en la historia de la música.

El clavecinista sevillano Javier Núñez presenta en Cantus su primera grabación a solo, y lo hace de la mano del gran violagambista Fahmi Alqhai (director de Accademia del Piacere, grupo del cual Javier es integrante), que ha colaborado como director artístico de este disco. La idea fundamental ha sido la de entregar una grabación que, sin dejar de ser musical y musicológicamente consistente y preocupada por las bases estilísticas, no dejara de ser atractiva para quienes por primera vez se acercan a este repertorio, y también para quienes lo conocen: parafraseando el famoso pasaje referido al gran vihuelista Luys de Narváez, “que quienes no conocen esta música, al oirla por primera vez queden maravillados, y quienes la conocen, queden maravilladísimos”. Para ello se han unido tres factores fundamentales: por un lado el extraordinario virtuosismo y la pulsación transparente, flexible y llena de sentido musical de Javier Núñez; por otro, un programa variado y muy hermoso, que como decíamos al principio resulta fascinante de escuchar, y finalmente las notas de color que se añaden con la participación, en algunas piezas, de tres estupendos músicos invitados y sus instrumentos: el arpa doble de Sara Águeda, la percusión de una leyenda viva de la música antigua como es Pedro Estevan, en su tercera aparición en Cantus (le podemos escuchar junto al gran guitarrista Xavier Díaz-Latorre en otros dos discos, C 9630 Gaspar Sanz: sones de palacio y danças de rasgueado, y C 9623 La Guitarra dels Lleons) y la contribución de Fahmi Alqhai como director artístico de la producción, y como intérprete de colascione (un exótico instrumento de cuerda pulsada de origen turco), y con la que se cierra el disco.

Repasemos qué encontramos, pues, en este CD. La primera pieza es ya una verdadera declaración de principios en la que Javier Núñez nos muestra su soberano control en la conducción de las voces, la fluidez con la que dibuja la línea de los bajos, y la plenitud de su toque. Rápidamente se unen a él el arpa doble de Sara Águeda y la percusión inconfundible de Pedro Estevan para ofrecernos una versión llega de fuego y colorido de las variaciones sobre los bajos de passamezzo y romanesca de Valente, en la que destaca el maravilloso diálogo entre el arpa y el clave. Seguimos luego disfrutando de la ligereza y la frescura del Capricietto de Giovanni de Macque o la gravedad del Ricercare de Luzzaschi, la nobleza de las obras de Ercole Pasquini, en las que se alternan pasajes serenos con otros vertiginosos, servidos por Javier Núñez con una transparencia admirable. Continuamos con los cromatismos maravillosos, misteriosos, de las Stravaganze de Trabaci y Macque, coronados por la sublime obra del gran Frescobaldi. Javier Núñez no deja pasar una sola oportunidad para dar todo su énfasis y su pleno color a los pasajes cromáticos y llamar nuestra atención sobre ellos, característica fundamental de la música italiana de esa época. Y, en fin, hay tantas riquezas que destacar en este disco... las deliciosas obras de Trabaci y Salvatore, con sus poderosos y bien marcados ritmos y sus aventuradas armonías, la oportunidad que tiene Javier Núñez para ofrecernos una muestra de su elocuente manera de negociar las ornamentaciones en la Toccata de Mayone, con sus pasajes abstractos, de pura música, la exactitud de su toque en los pasajes imitativos de las variaciones sobre Io mi son de Trabaci, y las tres irresistibles piezas que cierran este CD, tan diferentes y de una belleza tan profunda: por un lado la fascinante recreación de la pieza de Strozzi, en la que el clave y el arpa juegan entre sí, ofrecen sus propios matices y alternan en cortos pasajes a solo, con momentos de hermosura inigualable; le sigue una selección de piezas construidas sobre el celebérrimo tema de La Monica, todas de una desarmante belleza, en las que Javier Núñez nos muestra lo más refinado, preciso, elegante y a la vez libre de su arte. Termina la grabación con una pieza que podemos definir con cuatro términos como extravagancia, exotismo, experimental y excepcional: la irrupción del colascione, ese más que infrecuente instrumento interpretado por Fahmi Alqhai, y la forma en que se combina con el clave, nos traen elementos orientales, sonoridades inesperadas, rotundas, remotas, que no pueden dejar indiferente a nadie. En suma, ¡una manera inmejorable de culminar una hora de música à modo italiano!